Bercy pone sobre la mesa una nueva bonificación por combustible, que debería superar los 60 euros, para todos aquellos que se vean obligados a utilizar su coche para ir al trabajo, pero con la condición de tener ingresos.
El ejecutivo sigue adelante con su plan adicional para proteger a los franceses de la subida de los precios del combustible. El lunes, el Ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, propuso la introducción de una nueva asignación de combustible para todos aquellos que se vean obligados a utilizar su coche para ir al trabajo. Sin embargo, esta ayuda se pagaría en función de los ingresos.
El Gobierno está trabajando en una “compensación más generosa para todos los que se ven obligados a llevar su vehículo al trabajo, una vez más, ya sean asalariados o alternantes”, dijo Bruno Le Maire en France Inter. Se pagaría “en función del nivel de ingresos”, añadió, sin precisar el tope que podría fijarse, dejando eso para el debate parlamentario sobre el paquete de medidas de poder adquisitivo.
Al ser contactado, el entorno del ministro proporcionó a Le Figaro más detalles. “Esto podría afectar a los franceses hasta el quinto o sexto decil del nivel de vida”, dijo, añadiendo que llegar hasta el quinto decil significaría pagar esta ayuda a unos 11 millones de hogares, que ganan hasta 1.600 euros netos al mes.
Además, “esta asignación se pagará de una sola vez, para no pedir a los franceses que hagan una declaración cada mes”, explican desde el entorno de Bruno Le Maire. Para evitar una “fábrica de gas”, se asignaría sobre la base de una simple declaración y se pagaría en un solo plazo. Para evitar abusos, la administración podrá realizar comprobaciones a través del expediente del seguro o de las actas de inspección técnica.